Hyalurostructura: reequilibrio con efecto tensor
Lo innovador de este tratamiento es que es una opción real para los pacientes que no se sienten cómodos con los volúmenes de los materiales de relleno pero que tampoco se pueden tratar solo con mesoterapia, ya que necesitan reestructurar su piel en profundidad.
Los activos de la Hyalurostructura
Los productos que se emplean en este tratamiento son: el ácido hialurónico no voluminizador, el fosfato tricálcico* y los factores de crecimiento.
Los resultados que el paciente espera obtener -hidratación, mejorar las arrugas, redensificar o combatir la flacidez, etc.- han de concretarse antes de iniciar el tratamiento para poder proceder de una forma u otra.
El protocolo terapéutico consiste en combinar estos materiales en función del diagnóstico previo y de la zona a tratar.
Así, en el ovalo facial, por ejemplo, une el ácido hialurónico y el fosfato tricálcico; en las patas de gallo y en el entrecejo combina el ácido hialurónico y los factores de crecimiento; y en los pómulos aplica los tres.
La Hyalurostructura y sus resultados
Es un tratamiento con un alto grado de satisfacción entre los pacientes, con resultados inmediatos y muy naturales. Los retoques que se realizan son suficientemente pequeños para no alterar la fisonomía de la cara, a la vez que, sus efectos son perceptiblemente notables.
Además del rostro, la Hyalurostructura se puede aplicar en manos, codos y en la cara interna de los brazos y de los muslos.
Con la Hyalurostructura se consigue:
– Reponer el ácido hialurónico y mejorar la calidad de la piel.
– Restaurar el hidrobalance y la estructura cutánea.
– Reestructurar los tejidos sin usar implantes.
– No alterar la gestualidad ni los movimientos faciales.
– Eliminar líneas de expresión: pequeños pliegues o arrugas finas.
La Hyalurostructura y su procedimiento médico:
Este novedoso tratamiento se desarrolla en cuatro fases:
- En primer lugar, se aplica al paciente una crema anestésica de efecto inmediato, como por ejemplo la Lamdalina, o bien se realiza una anestesia «a frigore» (con hielo).
- Seguidamente, se inyecta el producto a nivel intradérmico (en la hipodermis o en dermis media/profunda) con la técnica más indicada en cada caso (retrograda, punteado o abanico), en función de la zona que se esté tratando y del material que se requiera.
- A continuación se administra un sérum reparador. Después, una crema descongestiva que nos servirá tanto para eliminar las posibles marcas provocadas por los pinchazos (eritemas, pequeños hematomas o puntos rojos), como para aligerar la leve inflamación que haya podido producirse y que desaparecerá, totalmente, en pocas horas.
- El tratamiento se finaliza con una mascarilla relajante para que el paciente, en el caso de que lo desee, pueda maquillarse y reincorporarse de inmediato a su actividad diaria.
Para mantener el efector tensor y alargar la duración del tratamiento, se recomiendan dos sesiones, una estándar y otra de retoque, espaciadas un mes entre ellas. Y se repetirán una o dos veces al año dependiendo de la edad y del estado de la piel. Cada sesión dura entre 30 y 60 minutos.
Hasta ahora, para rejuvenecer, la medicina estética ofrecía básicamente dos grandes tratamientos, la mesoterapia y los rellenos. La tendencia actual era usarlos de forma combinada; con la mesoterapia se obtenía una reafirmación cutánea óptima, mientras que con los rellenos se eliminaban las líneas de expresión.
A pesar de los grandes avances en los productos de relleno biodegradables -más seguros e inocuos para la salud- hay pacientes que demandaban una alternativa. Y con la Hyalurostructura, la tienen. Se trata de un procedimiento mínimamente invasivo, con resultados naturales y duraderos. Es muy fácil de controlar por parte del profesional médico y menos molesto para el paciente, lo que ofrece multitud de ventajas.
* El fosfato tricálcico es un nuevo relleno, 100% reabsorbible, para remodelados faciales. Normalmente, se aplica en el tercio inferior de la cara, eliminando la temida flacidez de forma progresiva y duradera. Además, redensifica la piel, devolviéndole la luminosidad, la tersura y la vitalidad perdida con la edad. Su efecto es absolutamente natural y su fórmula totalmente biocompatible con nuestro organismo, por lo que las reacciones adversas (rojeces, inflamaciones, dolor, picor, escozor y/o moratones) son poco frecuentes. Y en el caso de producirse, acostumbran a ser de carácter leve y pasajero.
Se utiliza generalmente un gel compuesto por partículas de fosfato tricálcico y ácido hialurónico. El ácido hialurónico es el activo con efecto tensor que rehidrata la piel de forma inmediata (resultados visibles tras su aplicación). Por su parte, las partículas de fosfato tricálcico son las que producen la estimulación tisular de los fibroblastos y la síntesis de colágeno, pero los resultados no se aprecian, normalmente, hasta los 12 meses (el producto actúa de forma progresiva y duradera).
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