Cremas solares: cómo protegerse del sol en verano
En el mercado hay miles de cremas solares, pero ¿cuáles son las mejores para cada caso? A continuación, resolveremos todas las dudas acerca de la protección solar de la mano de expertos.
¿Qué es el SPF y de qué forma actúa sobre la piel?
El SPF (Factor de Protección Solar) es un indicador clave a la hora de elegir un protector solar. Sin embargo, hay detalles importantes que no siempre se tienen en cuenta. Según Ana Torres, Brand Manager de Omron y Elmex, «si observamos la relación entre el SPF y el porcentaje de UVB neutralizado, vemos que no hay tanta diferencia entre índices que a priori parecen muy distintos. Por ejemplo, un SPF 30 es capaz de neutralizar un 96,7% de la radiación UVB y un SPF 50 un 98%». Además, el Dr. Ángel Pizarro Redondo, Jefe de la Unidad de Prevención y Diagnóstico Precoz de Melanoma del Hospital Ruber Internacional, añade que «el SPF real en nuestra piel suele ser bastante inferior al que marca el envase, con suerte en torno a un 25% de ese valor». Esto subraya la importancia de aplicar el protector solar de manera correcta y en la cantidad adecuada.
¿Qué tipos de rayos solares existen y cómo afectan a la piel?
No todos los rayos solares son iguales, y entender sus diferencias es crucial para proteger la piel de manera efectiva. Los rayos UVB, UVA, la luz azul y la luz infrarroja tienen distintos efectos sobre la piel, y conocerlos puede ayudarnos a seleccionar la protección más adecuada.
Rayos UVB
Los rayos UVB son los responsables principales de las quemaduras solares y suelen afectar las capas más superficiales de la piel. Como explica Sonia Ferreiro, biotecnóloga y cosmetóloga en Byoode, «la radiación UVB se queda en capas más superficiales de la piel y, aunque no suelen alcanzar la hipodermis, son grandes culpables de afecciones como el cáncer de piel». Su incidencia aumenta en verano y durante las horas centrales del día, causando daños inmediatos como el enrojecimiento y quemaduras, y pudiendo alterar el ADN de la piel.
Rayos UVA
A diferencia de los rayos UVB, los rayos UVA están presentes durante todo el año y pueden atravesar los cristales. Estefanía Nieto, directora dermocosmética de Medik8, explica que «estos suelen afectar a la epidermis y a la dermis y tienden a producir daños más a largo plazo». Los efectos acumulativos de la exposición a rayos UVA son responsables del envejecimiento prematuro de la piel, incluyendo arrugas y manchas, y también pueden contribuir al desarrollo de cáncer de piel.
Luz azul
La luz azul, que se encuentra tanto en la luz solar como en las pantallas de dispositivos electrónicos, puede penetrar en las capas profundas de la piel. Mireia Fernández, directora dermocosmética de Omorovicza, indica que «mientras que los rayos UV que afectan a la piel son alrededor del 5% de la luz solar, la luz azul representa un 30% y es capaz de traspasar las ventanas». Esta luz puede causar manchas, arrugas e inflamación, además de contribuir a la formación de radicales libres, que aceleran el envejecimiento cutáneo.
Luz infrarroja
La luz infrarroja también es capaz de atravesar nubes y ventanas, afectando a la piel incluso en días nublados. Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD, señala que «son unos profundos inhibidores de la formación de colágeno y elastina, y también causantes de radicales libres, por lo que influyen directamente en el envejecimiento de la piel, provocando arrugas y una menor firmeza».
¿Cuál es la relación entre la polución y la radiación solar?
La polución, un problema cada vez más presente en las ciudades, también afecta la salud de la piel, especialmente en combinación con la radiación solar. La Dra. Aurora Garre, Corporate Medical Marketing Manager de ISDIN, explica que «el estrés oxidativo, culpable de un aumento de la melanina y el indeseado tono irregular, se relacionaba antes principalmente con la radiación solar, sobre todo la UVA. Pero hoy también se sabe que la polución es un causante directo de este estrés oxidativo y de la aparición de manchas del sol». Por ello, muchas cremas solares modernas no solo protegen contra la radiación solar, sino también contra la contaminación urbana.
¿Por qué se cuestionan los filtros solares de las cremas solares?
Algunos filtros solares han sido objeto de controversia debido a preocupaciones sobre sus posibles efectos tóxicos y su impacto en el sistema hormonal. Sin embargo, los expertos piden cautela al interpretar estos estudios. El Dr. Pizarro destaca que «hay que ver estos estudios con cautela. Suelen estar hechos con dosis muy superiores a las que empleamos en el uso habitual, y no todos los efectos vistos en modelos experimentales son clínicamente relevantes en el ser humano». A pesar de las preocupaciones, el uso de protectores solares sigue siendo crucial para prevenir las quemaduras solares y el cáncer de piel.
Protección solar más allá del rostro: cremas solares
La protección solar no se limita solo al rostro, sino que debe aplicarse en todo el cuerpo. La Dra. Garre subraya que «la piel del cuerpo está habitualmente cubierta y solo la exponemos en verano. Por ello, el impacto que recibe cuando se muestra es mucho mayor que en otras zonas». Las cremas solares actuales combinan texturas sensoriales con tecnologías avanzadas que protegen y reparan el ADN celular, ayudando a prevenir el fotoenvejecimiento.
Por otro lado, la cirujana y médico estético Virtudes Ruíz destaca la importancia de proteger la piel durante todo el año con cremas solares: «hay una relación directa entre el envejecimiento prematuro de la piel y la exposición al sol. De hecho, el 80% de los signos visibles del envejecimiento están directamente inducidos por el sol». Además de la protección solar diaria, recomienda tratamientos que estimulen la producción de colágeno y elastina para mantener la piel firme y elástica.
En conclusión, protegerse del sol no es solo una cuestión estética, sino una necesidad para mantener la salud de la piel a largo plazo. Es fundamental elegir los productos adecuados y aplicarlos correctamente para asegurar una protección efectiva.