20 años desde la llegada a España del bótox

Entrevista a la Dra. Virtudes Ruiz, médica estética de referencia, sobre los 20 años desde la llegada a España del bótox: «Puede ser adictivo, porque funciona de verdad«

En una de las dos épocas del año por excelencia para pincharse bótox, hablamos con una de las mayores expertas en España, la doctora Virtudes Ruiz, para entender tanto las luces como las sombras de uno de los milagros antiaging de nuestra era, que en 2024 cumple dos décadas de uso estético.

La doctora Virtudes Ruiz, médica estética en bótox, 'in action'.D.R.

La doctora Virtudes Ruiz, médica estética en bótox, ‘in action’.

Los años no pasan por el bótox. Ese milagro antiaging que llegó a la medicina estética de nuestro país en 2004 está a puntito de soplar las 20 primaveras el año que llega. Y sin una arruga, faltaría más, está más en forma que nunca. Lo confirman los datos, en concreto los del último «Estudio de dimensionamiento e impacto socioeconómico de la Medicina Estética en España 2021» de SEME (Sociedad Española de Medicina Estética, publicado en 2022, es de carácter bianual): por primera vez, los tratamientos faciales con bótox tomaron la delantera a los realizados con ácido hialurónico, sumándose así a la tendencia mundial. Más en profundidad, de entre los 626.778 protocolos de rostro que se realizaron en 2021, el 42% corresponde a infiltraciones de toxina botulínica.

Navidad, en concreto, y verano, son las dos épocas del años donde se pincha más bótox (y se hace el grueso de otros tratamientos medico estéticos), «la gente se junta más, sale más, quiere estar bien», confirma la doctora Virtudes Ruiz, una de las mayores expertas en toxina botulínica de España. ‘Alma mater’ de las clínica murcianas Virtudestetica -con un Máster en Medicina Estética y Envejecimiento Fisiológico, presidenta de la Asociación Murciana de Medicina Estética y Cirugía Cosmética (AMMECC)– es pionera en España en la aplicación de toxina botulínica, que se empezó a usar en nuestro país con fines estéticos en 2004; desde entonces, ha contribuido a formar a gran parte de los médicos que ahora son expertos en la técnica.

La médica estética Virtudes Ruiz, titular de las clínicas Virtudestética de Murcia

La médica estética Virtudes Ruiz, titular de las clínicas Virtudestética de Murcia

A bótox regalado…

Pincharse en Navidad sí, pero ojo, nada de regalar ‘pinchazos’. Tanto en estas fiestas como durante el Black Friday proliferan los packs de regalos, sorteos y grandes descuentos en muchos tratamientos de medicina estética, algo que ya han señalado con el dedo desde la SEME, porque «los médicos estéticos nunca ofertamos, supondría una merma de la calidad de los mismos y de los productos utilizados, comprometiendo la seguridad y la salud de nuestros pacientes», explica el presidente de la asociación, el doctor Juan Antonio López-Pitalúa. La doctora Ruiz se mueve en la misma línea: «Veo mal regalar medicina, no se puede. De hecho, tenemos tarjetas de regalo para otras cosas, como Hydrafacial, pero no para toxina. No hay que olvidar que pinchar bótox es un acto médico, tiene que hacerlo un profesional cualificado, no se regala una consulta con un ginecólogo, dermatólogo…».

Este es uno de los puntos negros del bótox (y de la medicina estética en general), esta sustancia tan alabada y querida por los profesionales y los usuarios fieles, como criticada y demonizada… Por eso desde YO DONA analizamos, a punto de caramelo de su vigésimo cumpleaños (en 2024 cumple 20 años desde que se utilizase en medicina estética en España), la actualidad de las luces y sombras de la toxina botulínica.

Cómo el bótox nos cambió la vida

Dos décadas de éxitos imparables son las que cosecha el bótox, desde que la Food and Drug Administration de Estados Unidos (FDA) aprobara su uso estético en 2002. En España hubo que esperar dos años a que este relajante muscular se pudiera usar para tratar las arrugas de expresión de la frente, del entrecejo y las patas de gallo, enumera Virtudes Ruiz.

Los expertos hablan incluso de una era A.B. y una era D.B. (antes y después del bótox). «En 2004 no teníamos nada parecido en eficacia para quienes querían mejorar las arrugas; conseguir resultados semejantes pasaba por liftings agresivos», recuerda Ruiz.

La toxina botulínica cambió la vida del antiaging y de sus profesionales. «Expertos de todas las especialidades empezaron a interesarse, cuando hasta entonces quienes ejercíamos la medicina estética éramos los parias… Hoy un 80% de los médicos quiere dedicarse a esto», cuenta la doctora -otro dato, en nuestro país hay más de 6.000 centros autorizados por el Ministerio de Sanidad-

Bótox

PREGUNTA: Para quienes no lo tengan claro a día de hoy, ¿qué es el bótox y qué consigue?

RESPUESTA: Las zonas autorizadas para usar la toxina botulínica son las del tercio superior del rostro: el entrecejo, las patas de gallo, la frente… En general, las arrugas de expresión que salen a lo largo de la vida. Hay quienes tienen marcado el entrecejo desde jóvenes porque es genético, y porque eso no se puede controlar, las arrugas de expresión vienen de musculatura que no controlas. La toxina botulínica la relaja durante un tiempo para que esos surcos que salen vayan desapareciendo y retrasándolos.

PREGUNTA: Uno de sus mantras es ‘mejorar sin transformar’… ¿La correcta aplicación del bótox hoy consigue resultados más naturales que hace 20 años?

RESPUESTA: Hoy tenemos a disposición cinco toxinas distintas para pacientes diferentes, no es lo mismo pinchar a un hombre que a una chica joven o a una señora mayor con surcos profundos… Y es cierto que ahora nos gustan resultados más naturales. Por cierto, la solución para lograrlo no está en pinchar menos cantidad, como se oye a veces, si pones menos cantidad el efecto dura menos, no es lo que queremos, queremos que dure de cuatro o seis meses, lo que dura normalmente. Cuando pones poquito, al mes y medio no queda nada. Si quieres mejorar sin transformar, lo que hay que hacer es acudir a un profesional que sepa cuál poner y cómo en cada caso.

PREGUNTA: Como profesional, rompa una lanza a favor del bótox…

RESPUESTA: La toxina botulínica es lo que ha hecho que se conozca la medicina estética. A los profesionales nos gusta porque aplicada en las condiciones adecuadas, con un diagnóstico y siempre en manos médicas, el resultado es muy satisfactorio, tanto para el paciente como para el médico, porque es algo sencillo, bastante seguro en manos expertas, efectivo, ojalá todo pudiera ser tan efectivo como la toxina. Es algo que realmente quita las arrugas, las retrasa y eso ha ido mejorando. De forma muy sencilla te ves muy bien, está claro que hay a quien no le gusta y quien no quiere, perfecto, pero el 40% de la población española ha recurrido a él…

PREGUNTA: ¿Podríamos decir que el bótox es adictivo?

RESPUESTA: Puede ser adictivo porque funciona de verdad, sus resultado son efectivos; por ellos notarás que lo quieres, porque mejora visiblemente. Todo lo que sea verte mejor produce adicción.

El rango de pacientes bótox que recibe la doctora Virtudes Ruiz se mueve desde los 35 años, es un perfil adulto. Muchos de ellos recurren a la toxina botulínica no por ocultar su edad, camuflarla o por no aceptar el envejecimiento, sino por eliminar expresiones de cansancio o tristeza que no corresponden a su sensación interior. «Tener arrugas de expresión marcadas en la zona de la mirada -que son incontrolables, incluso genéticas- puede dar una sensación de disgusto constante. No olvidemos que es donde nos miran los demás, y dar esa primera impresión puede no corresponder ni con una jovialidad de carácter ni con con un estado de la piel perfecto», defiende Ruiz.

El lado oscuro del bótox: fiestas, mercado negro, cara de bótox…

Toda Fuerza tiene su reverso tenebroso y el bótox no iban a ser menos. Alrededor de esta toxina que se usa ampliamente también en el ámbito médico no estético -de ese campo proviene precisamente su aplicación posterior en la belleza, hoy es muy efectiva en migrañas, tratamiento del dolor, fisuras, blefaroespasmos- hay siempre mucha polémica, al igual que con otros protocolos médico estéticos…

PREGUNTA: Al igual que hay grandes defensores del bótox, también está muy demonizado, entre otras cosas, por ese fenómeno que se comenta de que deja todas las caras iguales…

RESPUESTA: La realidad es que hoy todo el mundo opina, entienda o no entienda, sepa o no sepa. Esta percepción de la ‘cara de bótox’ tiene mucho que ver con cómo se veían las primeras actrices que empezaron a hacerlo. Se pinchaban muchísimo para estar fantásticas y no verse con arrugas en primer plano, que es cierto que la toxina las relaja pero también que quita cierta expresión, para una actriz o actor muy necesaria. Su error era hacer uso del bótox sin respetar los tiempos, unos 15 días antes de rodar, y estaban inexpresivas. La solución no es no hacerlo, sino hacerlo antes, un par de meses, cuando la toxina se ha asentado y llegas natural, gesticulas… Con eso ahora se tiene más cuidado, yo me fijo… Las caras de bótox no son debidas sólo en principio al bótox sino a quién te lo hace, cuándo te lo hace, cómo te lo hace…

PREGUNTA: Hablemos de la importancia de quién te pincha bótox. Hubo una época en la que lo hacían hasta en alguna peluquería…

RESPUESTA: Queda mucho por hacer y legislar, ya que en muy poco tiempo la medicina estética ha experimentado un ‘boom’ donde todo el mundo quiere una parte del pastel. Profesionales no médicos, los únicos que legalmente pueden pinchar toxina, como dentistas, enfermeros y esteticistas se saltan a la torera la legislación. Gracias a nuestros conocimientos adquiridos tras seis años de carrera y cuatro o cinco de especialización, los médicos realizamos una historia clínica para detectar posibles anomalías que nos impidan realizar deteVirtudes Ruiz, médica estética, sobre los 20 años desde la llegada a España del bótox: «Puede ser adictivo porque funciona de verdad» rminados tratamientos; tenemos conocimiento exhaustivo de la anatomía de la zona, de las propiedades del producto y de la técnica empleada… Pero, lo más importante de todo, es que si durante el tratamiento surge un problema (grave o no), que puede ocurrir a pesar de la banalización de estos tratamientos, estamos preparados para atender al paciente y solventar el problema.

PREGUNTA: Otro punto negro: ¿Existen de verdad las fiestas del bótox? ¿Qué son?

RESPUESTA: Existen, pero no entre profesionales sanitarios. Estoy muy enterada, se dan sobre todo en gente joven, muy joven, de 30 años, que se junta en una casa u hotel y un dentista, o enfermero o alguien que ni siquiera es sanitario, pincha a todos los amigos… cobrando. Hay grupos de WhatsApp donde un señor o señora te informa del día, pero no del sitio, hasta última hora, porque pueden pillarlos, claro. Las sociedades médicas estamos pendientes por ilegalidad, competencia desleal si quien pincha en las fiestas es médico o por intrusismo si no lo es… porque vemos cada vez mas efectos secundarios y problemas. Y ojo, hay información suficiente como para que no te metas en un piso a pincharte… En estos casos, el 50% de la responsabilidad es de quien inyecta, pero el otro 50% del paciente.

PREGUNTA: ¿Y de dónde se saca el producto para estas fiestas, cualquiera puede adquirirlo? ¿Hay un mercado negro del bótox?

RESPUESTA: Para adquirir toxina botulínica tienes tener una cosa que se llama depósito de toxina que se otorga a los médicos, como es un medicamento, pasa por la farmacia. En la consulta también tienes controles: se conserva en nevera, necesita cierta temperatura, un número de serie y un seguimiento, para rastrearlo, donde apuntas qué has puesto, a quién, por si hay controles sanitarios o problemas, efectos secundarios… Y sí hay un mercado negro, hasta por internet, donde se consiguen toxinas chinas, algunas ni siquiera son de uso humano, porque también se puede usar en animales. Ahí vienen los problemas, claro, que lo solucionen luego los médicos. Cuando buscas precio en asuntos de salud, lo barato sale caro.

PREGUNTA: Más puntos negros del bótox (y de la medicina estética en general): jóvenes que se pinchan muy pronto por influencia de las redes…

RESPUESTA: Tengo que decir que mis pacientes de bótox son todos adultos y bastante informados, sabe cómo trabajo. A mí no me suelen llegar jóvenes. Lo que sí sucede es que hay compañeros médicos que tienen algo de ‘influencer’ a los que siguen muchos jóvenes que se quedan impresionados por estos profesionales, confían y quieren que esa persona les ponga toxina, o labios o pómulos o lo que sea… Más por la figura de esos médicos porque son su seguidores que por una necesidad real.

«No hay seguridad suficiente para los usuarios si no es en manos de un médico, y esto la mayoría de la población no lo tienen muy claro», concluye Virtudes Ruiz. Porque por mucha efectividad que tenga el bótox, no hay que frivolizarlo: No hay seguridad suficiente para los usuarios si no es en manos de un médico, y esto la mayoría de la población no lo tienen muy claro. Hay que saber con quién te pinchas sólo un médico sabe tratar los efectos secundarios que, como en todo en esta vida, pueden aparecer; solo un médico garantiza el producto que se infiltra, porque es el único que legalmente lo puede comprar en una farmacia o laboratorio, y seguir su trazabilidad, desde la fabricación hasta la infiltración, pasando por la conservación, y solo un médico tiene la responsabilidad civil, médica e incluso monetaria que garantiza que está respaldado ante cualquier problema que tenga.

Entrevista en «El Mundo»